Airbnb: hablemos de las lagunas legales de los pisos turísticos
Airbnb: hablemos de las lagunas legales de los pisos turísticos

Hasta hace relativamente poco tiempo, el alquiler de viviendas turísticas se podía considerar regulado por la Ley 29/1994, de 24 de noviembre, de Arrendamientos Urbanos (LAU); pero tras la reforma operada por la Ley 4/2013, de 4 de junio, de medidas de flexibilización y fomento del mercado del alquiler de viviendas, se introdujo una excepción que hacía que ya no se les pueda aplicar esta Ley. Es decir, según esta modificación introducida en el artículo 5.e) de la LAU, queda excluida del ámbito de aplicación de la mismala cesión temporal de uso de la totalidad de una vivienda amueblada y equipada en condiciones de uso inmediato, comercializada o promocionada en canales de oferta turística y realizada con finalidad lucrativa, cuando esté sometida a un régimen específico, derivado de su normativa sectorial.
Es debido a ello que, en la actualidad, las ofertas de alquiler de pisos o viviendas turísticas quedan sometidas a que exista o no una regulación expresa en la Comunidad Autónoma en la que radican. Desgraciadamente, esto provoca una dispersión y un cierto caos en el régimen que se aplica a las mismas, siendo que en más de una ocasión los propietarios se aprovechan del desconocimiento y las lagunas que se crean, para obtener unos rendimientos ilícitos, e incluso existen casos en los que se ha estafado a los dueños de las viviendas, fingiendo que se alquila para vivienda habitual, subarrendándolas luego a turistas de forma ilegal.
En este popurrí legal en el que nos encontramos, plataformas como Airbnb se encuentran con un sinfín de problemas y escollos legales, como las sanciones interpuestas por el Consistorio barcelonés contra la plataforma por publicitar el alquiler de pisos sin las pertinentes licencias turísticas. De hecho, existen ciertas lagunas en la Ley de Turismo del Ayuntamiento de Barcelona, como el hecho de que no está regulado el alquiler de habitaciones para turistas en el caso de que el propio anfitrión habite la misma vivienda, o que la arriende en su totalidad en determinados periodos del año en los que no reside en ella, como cuando se ausenta por vacaciones. Por tanto, este tipo de plataformas se encuentra con el impedimento de que es prácticamente imposible de controlar la legalidad de todos los alquileres publicitados en sus páginas debido a los constantes cambios normativos por parte de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.
El problema, por tanto, se halla en la gran disparidad de criterios seguidos por las diferentes administraciones. De hecho, ni siquiera podemos hablar de esta u otra laguna normativa en concreto, pues en un Ayuntamiento no se puede alquilar ninguna vivienda para uso turístico, en el de al lado sí se puede sin limitación alguna, en este otro sólo se puede si lo que se alquilan son las habitaciones de la vivienda habitual, y suma y sigue. Como vemos, en realidad de lo que sí podemos hablar es de una gran laguna legal a nivel estatal, ya que no existe una legislación general para todo el país que se refiera a esta actividad.
Por desgracia, actualmente la única solución factible para este problema sería que, al igual que existe la Ley de Arrendamientos Urbanos, el Gobierno se decida a crear una ley que regulara el tema de los arrendamientos de viviendas turísticas en toda España, de forma que al tratarse de una única legislación para todo el territorio fuera mucho más sencillo de controlar que se cumplen con todos los requisitos y que no existen lagunas legales. Sin embargo, esa no es una de las prioridades actuales, por lo que puede pasar mucho tiempo hasta que este tema quede finalmente zanjado por una normativa de carácter general y mientras tanto, nos encontraremos con estos dilemas cada vez que queramos acudir al alquiler de estos apartamentos vacacionales.
Como pequeña solución, lo más sencillo que podemos hacer para protegernos antes engaños y abusos de los anfitriones de estas viviendas es llamar al Ayuntamiento en el que se encuentra la misma para solicitar información sobre la regulación aplicable al alquiler de este tipo de alojamiento, y en caso de duda de su legalidad, mejor buscar otro alojamiento antes de vernos colgados sin alojamiento y sin dinero.