¿Qué es el secuestro parental?

Aunque a algunas personas lo del secuestro parental les pueda sonar algo raro, es una circunstancia que se da en los casos en los que uno de los progenitores retiene a su hijo sin tener otorgada la custodia y sin consentimiento del otro progenitor ni del propio hijo. Esta situación, en la que se arranca al menor de su entorno habitual sin intención de devolverlo al mismo puede darse tanto dentro como fuera del país en el que el menor vive de forma habitual. Es decir, esta situación puede darse por ejemplo en caso de un menor que resida con su madre en Madrid y cuyo padre se lo lleve sin consentimiento a residir a su casa también en Madrid (secuestro parental nacional); o, por ejemplo,en el caso de que el menor resida habitualmente con su padre en Murcia, y la madre se lo lleve sin consentimiento a residir a Estados Unidos (secuestro parental internacional).

Normalmente en el territorio español es ligeramente más sencillo combatir este secuestro parental, se interpondrá una denuncia y evidentemente será más fácil para las autoridades recuperar al menor, si el progenitor no lo restituyera de forma voluntaria. Pero en los casos de secuestros internacionales la cosa se complica, pues al sacar al niño fuera de las fronteras de nuestro estado, la policía ya no puede ir en su búsqueda directamente y habrá de seguirse unos cauces ligeramente diferentes.

Se debe de prestar una especial atención a la posibilidad de un secuestro parental sobretodo en casos de rupturas dramáticas o conflictivas, en los casos en los que ambos progenitores profesen diferentes religiones o existan diferencias culturales en cuanto a la educación de los menores por ejemplo, también en los casos de desequilibrios mentales de uno de los progenitores o también en los casos en los que el progenitor no custodio tenga antecedentes por violencia de género o incluso haya manifestado en alguna ocasión que se vaya a llevar al menor.

Prevención del secuestro parental

Hay que estar muy atento a ciertas señales que pueden indicar que se está preparando, pueden considerarse como señales, entre otras, las manifestaciones previas de la intención de llevar a cabo el secuestro, incluso manifestaciones hechas durante el matrimonio ante un caso de divorcio de una pareja conocida; cuando uno de los cónyuges manifiesta que "el juez está siendo injusto con él/ella porque no le va a dar la custodia y la merece más que su ex", siempre que este comportamiento vaya acompañado de otras señales que indiquen que pueda tomar la justicia por su mano; si uno de los progenitores renuncia a su trabajo, vende la casa, cancela cuentas bancarias o liquida otros activos, solicita la expedición del pasaporte de sus hijos, certificados médicos o académicos, etc.

Las medidas preventivas son muy importantes en estos casos, para evitar que finalmente se consume esa posibilidad del secuestro. Las medidas más importantes consisten básicamente en

• Solicitar del Juzgado que se dicten medidas cautelares que impidan la salida del niño del territorio español si se sospecha de un secuestro internacional, o cualquier otra medida pertinente, para ello hemos de consultar con un abogado que nos asesore sobre los cauces que hemos de seguir y nos represente en el procedimiento.
• En casos de que exista un grave conflicto entre los padres, bien sea por la propia ruptura, o porque no sean capaces de entenderse en cuanto a la educación y otras áreas de la vida de los niños, lo más importante es acudir cuanto antes a Mediación Familiar para que puedan ayudar a clarificar los problemas y llegar a la solución más justa para ambas partes. De esta forma ninguno de los progenitores debe sentirse apartado de la vida de sus hijos y evitar así que tome la drástica solución de secuestrarlos.
• Vigilar el estado anímico del menor cuando regresa de estar con el progenitor del que se sospecha el secuestro, para ver si efectivamente está dando alguna señal de que pueda llevarlo a cabo.
• Mantener informados a las personas que diariamente tratan con el menor, para que puedan dar la voz de alarma en caso de detectar algún comportamiento sospechoso, por ejemplo médicos, profesores, personal a cargo del menor, etc.
• Finalmente, se debe siempre disponer de fotografías lo más actualizadas posibles tanto del menor como del posible secuestrador, así como descripciones de ambos y otros datos que pudieran ser de interés para la policía, como lugar de residencia del progenitor que ha cometido el secuestro, lugares de residencia de familiares del mismo, si tiene familiares en otros países, etc. Incluso pueden ser de ayuda tener fotografías de estas personas, así como todos los datos de contacto posibles.

En el caso de secuestros parentales internacionales, para "facilitar" un poco la resolución de estas dramáticas situaciones es por lo que se firmó por los países pertenecientes a la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado el Convenio de 25 de octubre de 1.980, sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores, entre estos países todos los de la Unión Europea, Andorra, Suiza, Estados Unidos, la mayoría de los países latino americanos, etc. Este Convenio establece en su artículo 1 que "la finalidad del presente Convenio será la siguiente: a) garantizar la restitución inmediata de los menores trasladados o retenidos de manera ilícita en cualquier Estado contratante; b) velar por que los derechos de custodia y de visita vigentes en uno de los Estados contratantes se respeten en los demás Estados contratantes." Dejando por tanto muy claras las intenciones de establecer las medidas necesarias y oportunas para que estos casos puedan resolverse lo más rápida y seguramente posible.

Por ello, en el caso de que se produjera un secuestro parental internacional, el progenitor que tenga la custodia del menor deberá presentar la correspondiente denuncia ante las autoridades de su propio estado de residencia. A partir de esa primera comunicación, se iniciará un procedimiento, por desgracia bastante burocrático aún con el Convenio en la mano. Las autoridades nacionales, tras la noticia del secuestro abrirán un expediente y deberán de comunicarse con las del estado en el que se presume retenido al menor para facilitarles los datos necesarios que acrediten el derecho del progenitor denunciante sobre el denunciado, así como toda la información de la que dispongan para facilitar la búsqueda del menor. Por ello se considera tan importante el tener esas fotografías, descripciones e información de la familia y amigos del posible secuestrador de la que hablábamos más arriba, pues esta información es vital para ayudar a las autoridades extranjeras a localizar al menor más fácilmente.

Tras la localización, las autoridades extranjeras se encargarán de facilitar el reintegro voluntario a su país de residencia, garantizando la máxima seguridad posible en esta operación, y en caso de no ser posible ese reintegro voluntario, se encargarán de que rescatar al menor y devolverlo a las autoridades españolas. Pero como decimos, este es un procedimiento burocrático que puede ser lento, y en el que por desgracia poco puede hacer la familia afectada, por lo que lo más importante es siempre focalizarse en las medidas preventivas, y en caso de que no funcionen debemos dejarnos asesorar por un abogado experto en la materia.