Si me caso por lo civil, ¿es obligatorio empadronarnos juntos?

Respecto al matrimonio parece existir una nebulosa que hace que la mayoría de las personas estén confundidas y desconozcan que, los efectos, obligaciones y derechos del matrimonio son exactamente los mismos, sea este celebrado en forma civil o religiosa. De hecho, el matrimonio celebrado en forma religiosa no tendrá realmente efectos legales mientras que no sea convalidado en el Registro Civil, con los mismos requisitos y validez que los matrimonios celebrados directamente por la vía civil. Por tanto, la única diferencia entre ambas celebraciones estriba en el lugar de celebración y la forma en la que se debe de tramitar cada uno de ellos.

Por tanto, de cara a dar una respuesta a la pregunta sobre la obligatoriedad de estar empadronados ambos cónyuges en el mismo domicilio, hemos de decir que esta respuesta será la misma sea cual sea la forma en la que se celebró el matrimonio.

Ahora sí, entrando en la materia que nos interesa hoy, vamos a analizar la obligatoriedad de los esposos de estar empadronados en un mismo domicilio tras la celebración de su matrimonio. Para ello, debemos acudir al Código Civil, principal norma que regula la validez y efectos del matrimonio. Este, en sus artículos 66 y siguientes establece cuáles son los derechos y deberes de los cónyuges, y más concretamente, los artículos 68, 69 y 70 se dedican al domicilio de los recién casados. En cuanto a ello, el Código Civil nos dice que los cónyuges están obligados a vivir juntos, cosa que se presumirá, salvo prueba en contrario. Por supuesto, el domicilio conyugal será fijado de común acuerdo entre ambos.

Por su parte, la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local, en su artículo 15, dice que toda persona que viva en España está obligada a inscribirse en el Padrón del Municipio en el que resida habitualmente. Quien viva en varios municipios deberá inscribirse en el que habite durante más tiempo al año. Además, el artículo 16 exige que, en la inscripción en el Padrón deberá constar obligatoriamente el domicilio habitual de la persona.

Así las cosas, queda patente que tras la celebración del matrimonio ambos cónyuges quedarán obligados a empadronarse en el mismo domicilio, el cuál constituirá su residencia habitual.

Sin embargo, el hecho de que la Ley exija que la persona se empadrone en el Municipio y domicilio en el que habite durante más tiempo al año, puede llevar a la existencia de excepciones en la obligatoriedad de estar empadronados en un mismo domicilio. Esta excepción puede darse, por ejemplo, cuando por razones laborales los cónyuges residen en localidades diferentes y distantes entre sí, lo que hace que cada uno de ellos deba de residir, durante la mayor parte del año, en una vivienda diferente. Piénsese, por ejemplo, en el caso de un matrimonio en el que la mujer trabaja como funcionaria en el Ayuntamiento de Albacete y el marido trabaja en una empresa en Valencia. En este caso queda más que justificado que los cónyuges no compartan una residencia y domicilio habitual común, aun cuando se sobreentiende que pasarán el tiempo libre de ambos juntos.