¿Mantener relaciones sexuales con menores de 16 años es delito?

Este verano ha sido, probablemente, uno de los veranos en los que más deberes han tenido nuestros políticos. En un panorama de crisis económica y de crisis política, los grandes escándalos se han sucedido uno tras otro, avanzando inexorablemente a un clima de crispación que nos ha llevado a dejar de lado otros cambios importantes que se han ido sucediendo sin que apenas nos hayamos dado cuenta.

Uno de estos cambios tan importantes como olvidados, es la gran reforma del Código Penal que estos días pende sobre nuestras cabezas, pendiente de su aprobación final y sin que nadie tenga muy claro si va a suponer un paso adelante o tres atrás.

Ampliación del consentimiento sexual hasta los 16 años

Comentarla completamente es todo un reto, pues hace profundas y numerosas reformas en nuestro sistema penal y propone cambios fuertes en el mismo. Pero como por algún sitio hemos de empezar, hoy vamos a tratar una de las reformas que será seguramente de las más sonadas: la ampliación del consentimiento sexual de los trece años a los dieciséis.

Dicho así, parece un avance en la protección del menor y la lucha contra la pornografía infantil, pero lo que nadie piensa es que, entre otras cosas, va a provocar un desfase en nuestro sistema jurídico. Pues no olvidemos que, de momento, y mientras no se modifique el Código Civil, la edad mínima para contraer matrimonio está fijada en los catorce años, con las pertinentes salvedades. Así como una gran inseguridad jurídica para aquellos chicos y chicas que se hallan en el límite entre ser mayores o menores, los jóvenes de entre dieciocho o veinte años.

Aunque a primera vista parezca una gran incongruencia, todo esto queda subsanado por la introducción de una circunstancia eximente: “el consentimiento libre del menor de dieciséis años excluirá la responsabilidad penal cuando el autor sea una persona próxima a la víctima por edad y grado de desarrollo o madurez”.

Por tanto, la cosa quedaría así: los menores de dieciséis años podrán mantener relaciones sexuales consentidas con mayores de dieciocho años, siempre y cuando la edad entre el adulto y el menor, así como su desarrollo o madurez, sean próximos o semejantes.

¿Hacia dónde nos lleva esto? Como comentábamos, a un lugar de límites borrosos en los que todo queda al libre arbitrio del Juez o Tribunal, que tendrá que decidir si, a título de ejemplo, un chico de dieciocho años que mantiene relaciones sexuales consentidas con una chica de quince está cometiendo un delito de abuso sexual a menores o si simplemente están ejercitando su derecho a la libertad sexual, lo que convierte a esta modificación en un arma de doble filo.

Protección para los menores de 16 años

Esta medida ha sido diseñada para proteger a los menores de dieciséis años, sobre todo en la lucha contra la prostitución infantil. Estamos de acuerdo con ello y parece una medida fantástica, pero el hecho de haber dejado unos límites tan borrosos da mucho espacio a la discrecionalidad, lo que nunca es bueno, más teniendo en cuenta que las penas establecidas para este delito son desde dos a seis años de prisión (para el abuso sexual de menores) y de ocho a quince años de prisión en el caso de que exista penetración anal, vaginal o bucal.

Por tanto, este arma de doble filo puede crear más problemas de los que soluciona, pues puede generar cierto número de denuncias en las que el fin no sea el que la ley propone, sino más bien unos fines particulares poco lícitos como la venganza. Piensen, por ejemplo, en una chica de catorce años y un chico de diecisiete que mantienen relaciones sexuales consentidas, al ser ambos menores de edad, no pasaría absolutamente nada, pues no existe delito. Ahora piensen que el chico tiene dieciocho años y ella quince, ¿qué diferencia existe entre sus relaciones antes y ahora? No existe ninguna diferencia, pero legalmente sí existirá ahora una diferencia: él es mayor de edad y ella no.

Un acercamiento a las legislaciones europeas

En cualquier caso, y dejando a un lado nuestras dudas iniciales sobre si se trata de una buena idea el elevar la edad para el consentimiento sexual de los trece a los dieciséis años, se trata de una medida que trata de adaptar nuestra legislación al resto de legislaciones europeas y cumplir así con una mejora de los derechos de los niños, reforzando la lucha contra la pornografía infantil. Y que, por supuesto, incorpora modificaciones en cuanto a ciertos comportamientos desarrollados on line, protegiendo un área muy delicada hasta ahora y convirtiendo en delito el hecho de obligar o coaccionar de cualquier forma a los menores de dieciséis años para que envíen a través de Internet imágenes o videos pornográficos en los que salgan o estén representados menores de esas edades.

De momento, y hasta que no se produzca su aprobación, poco más podemos decir de esta planeada reforma, habrá que esperar hasta ver si finalmente se aprueba en estos términos o si cambian alguna cosa. Y además, tendremos que esperar también un tiempo para comprobar si todas esas medidas que propone son finalmente efectivas o si todo queda en agua de borrajas.