Así trabajan los 'peones digitales'

Así trabajan los 'peones digitales'

30 NOV 2017 · Lectura: min.
Así trabajan los 'peones digitales'

Hoy vamos a hablar de una de las partes negativas de la gran expansión que ha tenido Internet y las redes sociales en muy poco tiempo, y esta es la proliferación de ciertos sectores de negocio en las redes, escapando de las regulaciones tradicionales, lo que nos lleva a encontrarnos en multitud de esas ocasiones, ante supuestos alegales que no gozan de un marco legislativo concreto.

Entre estos supuestos, nos encontramos actividades como las llevadas a cabo por empresas como Uber, Cabify o Deliveroo entre otras. Empresas que se sirven de trabajadores con contratos mercantiles, haciéndoles pasar por falsos autónomos, para esquivar así la legislación laboral vigente en los contratos de trabajo por cuenta ajena. Es precisamente este tema el que vamos a tratar, el uso (o abuso, en ocasiones) de los llamados contratos mercantiles, aprovechando el marco de unos nuevos horizontes aún por expandir.

Lo primero de todo, queremos hacer hincapié en que no todos los contratos mercantiles, ni todos aquellos contratos celebrados entre una empresa y un autónomo para la prestación de servicios, son falsos autónomos ni ilegales, pues hemos de tener en cuenta que legalmenteexiste la figura del autónomo dependiente. Habrá que estar al contenido particular de cada caso, para determinar la legalidad o no de la situación laboral.

Aquí, sin embargo, estamos hoy hablando de aquellos contratos que se celebran en fraude legal, para beneficio de la empresa, y que no generan más que abusos laborales en la relación. Los sindicatos defienden que este tipo de falsas relaciones mercantiles, no son más que contratos laborales que evitan a toda costa los derechos de los trabajadores, aprovechándose de la situación e, incluso, llegan a hablar de una posible explotación laboral por parte de ciertas empresas que exigen conexión y prestación de servicios durante las veinticuatro horas del día, so pena de penalizarlos desconectándolos de la plataforma.

Las empresas se defienden de dichas acusaciones hablando de que no es cierto que se exija a los colaboradores una prestación o conexión diaria específica, sino que cada cual puede estar disponible el tiempo que desee, y que los pagos se realizan en función de los servicios prestados, sin existir una retribución mensual fija ni nada por el estilo. Por ello, no consideran estar cometiendo ningún fraude o abuso legal.

Ante estas dos versiones tan dispares, mi opinión es muy clara, se necesita una intervención urgente en este tipo de relaciones laborales-mercantiles. Lo más sensato sería plantear un estudio sobre las mismas, poniendo sobre la mesa los diferentes puntos, positivos y negativos, de las condiciones en las que se prestan. De esta forma, podrían llegar a verse de forma más profunda las lagunas reales de estas situaciones y regular las mismas adaptándose a los requerimientos de los avances en estos campos. Sin duda, siempre hemos dicho que las leyes van detrás de los cambios en la sociedad, pero con un buen estudio del fondo quizá se podría hacer un pequeño anticipo en las tendencias, y conseguir una regulación que pueda adaptarse más fácilmente a los cambios y no deje tanto espacio a la alegalidad de la que luego pueda abusarse.

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Escrito por

Jennifer Alarcón

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