Renovarse o morir, los bufetes se adaptan a los nuevos tiempos

Bufetes más funcionales, despachos situados en las afueras o el uso de espacios colaborativos son cada vez más habituales entre los despachos del siglo XXI.

24 ENE 2017 · Lectura: min.
Renovarse o morir, los bufetes se adaptan a los nuevos tiempos

Hasta hace relativamente poco tiempo, los despachos de abogados mantenían sus oficinas con la misma imagen clásica de antaño. Situadas en edificios señoriales en los centros de las ciudades, el abogado tenía un despacho enorme con la consabida estantería llena de libros con un gran escritorio a tono, un sillón elegante y unas sillas a juego en las que sentar a los fascinados clientes que se quedaban cautivados de la imagen de poder y elegancia que representaba el abogado que habían contratado. Con el paso de los años esta imagen empieza a estar rancia y, los abogados más jóvenes quieren que la nueva era de la tecnología entre en sus despachos, mejorando la eficiencia y la eficacia de todos los objetos de la oficina, y buscando sacar el máximo provecho de cualquier espacio disponible manteniendo al mínimo los recursos invertidos, incluido el dinero.

Por ello, cada día más despachos de abogados apuestan por mudarse de los centros de las ciudades a las afueras, dónde los alquileres son más baratos y las oficinas más funcionales. Se apuesta por reducir los espacios destinados a despacho individual y aumentar las salas de clientes, para las visitas, o las salas de juntas o espacios colaborativos en los que reunirse con el resto de compañeros del despacho para fomentar la relación entre los diferentes trabajadores. Ello se debe sobre todo a que se ha demostrado con creces que el trabajo en equipo da mejores resultados que el trabajo individual, además que el hecho de mantener una sana relación de compañerismo, e incluso amistad, fomenta la eficiencia en el trabajo, pues los trabajadores están más relajados. Esto es especialmente importante en el área jurídica, en la que cuando los trabajadores están relajados y cómodos se consigue fomentar la creatividad y la imaginación, influyendo positivamente en la búsqueda de soluciones a los expedientes del despacho.

Por el lado de los cliente, no debemos olvidar que las nuevas generaciones de gente joven ha crecido rodeada de la tecnología y tienen una forma de ver las cosas muy diferente a la gente de hace veinte años. Para ellos la imagen de los despachos de antaño huele a naftalina, y se sienten más cómodos en despachos de líneas modernas y con aquellos abogados que se mueven como pez en el agua con las nuevas tecnologías. A estos clientes el uso de una pizarra electrónica o un simulador de juicios no les va a intimidar, es más, lo prefieren pues así sabrán que se van a encontrar el día del juicio. ¿Pero por que cambiar la localización de las oficinas? Pues por dos sencillas razones, intimidad y facilidad de acceso. Si bien es cierto que en el centro los despachos de abogados están más cerca de los clientes, en la actualidad la mayoría de gente tiene coche, y gusta de utilizarlo por su comodidad. Esto hace que prefieran desplazarse hasta las afueras de la ciudad para ir a ver a su abogado, ya que el hecho de que no sea tan transitado les ofrece dos ventajas, la primera es la mayor facilidad de aparcar su coche, pero la ventaja estrella es una privacidad extra que muchas veces prefieren, sobre todo cuando se tratan temas delicados como un divorcio, y prefieren no ser vistos entrando en un despacho de abogados.

En resumen, y como dice la famosa frase, esto se resume en "renovarse o morir" y, evidentemente, los despachos de abogados han optado por renovarse para adaptarse a los nuevos tiempos que corren en los que las tecnologías cobran día a día una mayor importancia.

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Escrito por

Jennifer Alarcón

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