Gastos alquiler

Aquí lo esencial es distinguir entre el concepto conservación y el concepto uso ordinario.

El arrendador debe mantener la vivienda en un estado de conservación tal que permita el uso del inmueble, eso incluye los electrodomésticos, si se arrendó con ellos, claro.
Si, por ejemplo, se arrendó el inmueble con nevera, lavadora, se entiende que es para que el inquilino haga uso de ellos y, por lo tanto, tienen que funcionar.

El arrendatario, en cambio, debe hacerse cargo de las reparaciones que surjan por el uso ordinario o por el mero desgaste, el típico cambio de bombilla, la persiana que se descalabra, los platos o cacerolas que se rompen...

El arrendatario también se hará cargo de arreglar aquello que en principio no le correspondía, en el caso de que la rotura sea debido a un mal uso que éste haya hecho del electrodoméstico. Por ejemplo, lavadora nueva que, por forzar la apertura, se queda con la puerta en la mano, la televisión que se vuelca sin querer por culpa del niño, perro etc,

Otra cosa es que no tenga culpa de esas roturas, y volvemos de nuevo al concepto conservación. Usted no debe hacerse cargo de la reparación de un electrodoméstico que por ser viejo se acabe rompiendo.

En definitiva, para probar lo que se estime conveniente, es siempre muy importante tener, como anexo al contrato de arrendamiento un Inventario, con las fotos de todo lo contenido en el inmueble, para que conste que, en primer lugar, existiman al tiempo de contratar y, en segundo lugar, se encontraban en buen estado o ya estaba deteriorado por el paso del tiempo.