Mala práctica profesional del abogado: ¿qué hacer en estos casos? ¿Cómo reclamar?

En cuanto al trabajo del abogado hemos de tener en cuenta que no siempre los resultados obtenidos nos van a resultar favorables, pues esto puede depender de múltiples variables, y que ello no significa que haya existido una mala práctica profesional del abogado.

En cualquier caso, hemos de diferenciar el trabajo de redacción de contratos, de gestión o de mediación, del trabajo en los procesos judiciales. En los primeros, es más claro el discernimiento de si el profesional ha actuado de conformidad con lo que se le pide o no que en el segundo. Esto es porque cuando se trata simplemente de las primeras tareas, éstas se hacen tal cual las pide el cliente y no se ve comprometido el resultado por ninguna causa externa, incluso en la mediación las cosas se harán como el cliente diga, y el abogado negociará con la otra parte en los términos en los que el cliente le autorice. Sin embargo, en los procesos judiciales no siempre las cosas son blancas o negras, por lo que es posible que aún pareciendo un caso sencillo, se termine complicando y acabemos perdiendo en el procedimiento, todo dependerá de las circunstancias concretas del caso y de las pruebas que las partes aporten al proceso.

En estos temas hemos de tener plena confianza en la profesionalidad del letrado, pues de otra manera la comunicación con él y el trabajo encargado se verán afectados. Pero todo esto no quiere decir que los abogados nunca actúen de forma incorrecta, pues como en otros ámbitos se puede dar el caso de que nuestro abogado actúe mal de forma intencionada o incluso por error, entonces ¿qué hacer si existe una mala praxis de nuestro abogado?

Lo primero y más importante es seguir manteniendo la confianza en nuestro letrado hasta que hablemos con él, quizá lo que nos parezca una mala praxis tenga una explicación lógica en el Derecho y sea un paso más a seguir en el encargo que le hemos encomendado. Después de hablar con él debemos valorar si las explicaciones que nos ha dado nos convencen o no.

Si somos beneficiarios del turno de oficio lo más adecuado es acudir al Colegio de Abogados en el que nos designaron al profesional y explicarles porque no estamos conformes con las actuaciones de nuestro letrado. En caso de que ellos detecten un mal funcionamiento se abrirá un expediente para investigar la cuestión y, si efectivamente se ha dado una mala práctica, nos asignarán un nuevo letrado. En caso de que la contratación la hagamos nosotros, siempre podemos cambiar de letrado si no estamos de acuerdo con sus actuaciones.

Para cambiar de letrado, cuando la designación la hayamos realizado nosotros mismos, simplemente hemos de buscar un nuevo profesional y él nos explicará los pasos que tenemos que dar. Normalmente consistirán en solicitar nuestro expediente en el despacho de abogados anterior y abonar los honorarios que se hayan devengado por las actuaciones que haya realizado hasta ese momento.

Nuestro nuevo letrado tendrá que revisar el expediente, por si detectara algún fallo que se haya de reparar inmediatamente, y continuar con la tramitación del caso encomendado.

¿Qué ocurre si ha habido errores?

En caso de que se detecte que efectivamente la actuación de nuestro anterior letrado nos haya causado perjuicios de cualquier índole se han de distinguir dos vías judiciales: la vía penal será la que habremos de seguir si se sospecha que se ha podido cometer un delito por parte del anterior letrado, reclamando a su vez la indemnización que corresponda en concepto de daños y perjuicios (responsabilidad civil); en el caso de que los actos u omisiones no representen un delito se reclamará por la vía civil la indemnización de esos daños y perjuicios.

Por último, en caso de que una vez finalizado el encargo profesional detectemos que se ha producido una mala praxis y que ello nos ha ocasionado unos daños, igualmente podemos reclamar éstos por las mismas vías que en el caso anterior.

Finalmente, y como conclusión de todo lo dicho anteriormente, diremos que lo primordial es que exista una relación de confianza entre abogado-cliente, lo que hará que la relación sea fluida y el encargo se realice en las mejores condiciones posibles. No obstante, en caso de detectar problemas en la gestión que realice el profesional, si tras hablar con él sobre el tema no quedamos satisfechos, tenemos la posibilidad de cambiar de profesional e incluso de reclamarle judicialmente los daños que nos pueda haber causado una mala gestión.