Acoso vecinal y privación de sueño con intención de echarnos de nuestra casa

Pienso que mi madre y yo como propietarios y afectados de salud ya necesitamos a alguien que nos defienda legalmente de todo lo que se nos viene encima porque parece que no van a parar hasta que consigan que nos vayamos, enfermemos seriamente y/o que nos condenen en un juzgado por cualquier cosa que les sea posible.

Además creo que el hecho de que estuviésemos bien defendidos quizá hiciese que se lo piensen un poco más a la hora de atacarnos sistemáticamente por todos los frentes como hasta ahora.

Todo comenzó unos meses después de que tuviéramos que poner una reclamación a la compañía de Internet porque el vecino que es ahora presidente se entrometió en mi instalación de internet y se llevó al sótano al instalador para decirle cómo quería que me conectara delante de mí y sin mediar palabra hacia mi persona.

Y después también de que nos tuviéramos que oponer a que se cambie el sistema de pago de la comunidad que beneficia únicamente al presidente y al vecino ex-administrador que pasan a pagar la mitad mientras que nosotros pagamos el triple.

El administrador tergiversa las actas, pone palabras en nuestra boca que nunca hemos dicho y escribe que todos los vecinos nos acusan de diferentes cosas cuando solo lo hacen el presidente que miente y convoca juntas y/o las convierte en juicios contra nuestra persona y el vecino ex-administrador (a los que une una relación de amistad previa a su entrada en la finca reconocida) de la propia finca que hasta no hace mucho trabajaba con los actuales administradores, el vecino al que se le dan todos los trabajos de electricidad de la comunidad y las rejas a su suegro mas otro al que parece se le han hecho favores también les ayudan aunque no nos acusan directamente como los otros dos y los restantes no quieren implicarse.

Lo peor es que desde el piso de arriba se busca incesantemente privarnos de nuestro sueño desde hace meses y el estado de ansiedad y la situación al que esto nos conduce hace que dichos vecinos aprovechen cualquier actitud defensiva, desliz, palabras de hartazgo y desesperación o error nuestro debido a nuestra mala salud y nerviosismo para exagerarlo, mentir y acusarnos mientras por otra parte niegan el acoso por ruido al que nos estamos viendo sometidos aunque sea evidente.

A los administradores los nombró Sareb cuando la finca era suya, la gente que trabaja en ese sector y a ese nivel nacional tiene contactos que saben cómo operar para echar a gente de su casa cuando les conviene, es una práctica habitual en ese mundo, buscar a alguien que viene de fuera y que está versado en ese tipo de acoso como es el caso. El piso de encima nuestro del que proviene el acoso fue el último en venderse de las tres escaleras, tardó extrañamente muchísimo mientras que los demás lo hicieron rápidamente en cuanto se salió de la crisis, el noviembre pasado, casi tres años desde que nosotros compramos. Quizá tan solo tuvieron que arreglarlo todo por teléfono con alguien desde Madrid, el propietario también vino extrañamente de Ciudad Real donde residía y compró el piso aquí.

Es muy posible que nuestra queja por lo de la instalación de internet además de herir el patente orgullo de administración y presidente, resultara en algo más que eso para ellos, que tuviese otras consecuencias mas graves porque tuviesen algo con esos servicios que no fuese del todo legal y tuviesen que terminarlo por nuestra reclamación, incluso me llamó el jefe de los instaladores para amenazarme en su momento por ponerla. Además de que si no permitimos que cambien el sistema de pago sus pagos no se ven aligerados a la mitad como ya he dicho.

Necesitamos ayuda, legal, moral, psicológica y de todo tipo supongo, esto nos sobrepasa, poco a poco están tejiendo una red en la que irremediablemente vamos cayendo porque tenemos que vivir ahí con ellos y porque desde arriba no se nos deja dormir y esto nos está devastando y haciéndonos meter la pata que es a todas luces lo que se intenta, van improvisando según van sucediendo las cosas con mayor o menor éxito pero siempre con el mismo objetivo: perjudicarnos de la manera que les sea posible: legal o no demostrable.