Planificación internacional de patrimonios, ¿cerca del fraude?

En primer lugar, diremos que esto tiene bastante que ver precisamente con lo que hace ya casi un año hablábamos sobre los llamados Papeles de Panamá, y ello porque básicamente se trata de realizar inversiones en el extranjero con las que conseguir suprimir o minimizar al máximo el pago de impuestos en nuestro país. Aunque no podemos obviar que, en este caso, la maniobra fiscal sería legal y no representaría problema jurídico alguno, a diferencia del uso de empresas pantalla que lo que hacen es defraudar al fisco de forma ilícita, salvando las distancias, el fin que se persigue es muy similar.

Dicho esto, ¿qué es entonces la planificación internacional de patrimonios? Pues no es ni más ni menos que una estructura fiscal que busca, respetando siempre la legalidad fiscal del país en el que se tributa, los vacíos legales que tiene aprovechándolos para evitar o minimizar el pago de impuestos. La búsqueda de esos resquicios jurídicos es lo que precisamente inserta la diferencia entre la planificación fiscal y el fraude fiscal pues, aunque sutil en muchas ocasiones, la línea roja está precisamente en el hecho de que la planificación en ningún caso evade los impuestos, sino que utiliza las propias leyes en su beneficio para pagar menos.Evidentemente, una técnica de tal complejidad y de escala internacional requiere ser llevada a cabo por expertos en la materia que nos garanticen en todo caso que se están ciñendo a la legalidad, pues cualquier paso en falso puede llevarnos a estar cometiendo un delito.

Como decíamos, al ser esta una disciplina técnicamente muy compleja, y que debe ser realizada por expertos, también implica unos honorarios generalmente bastante elevados en consonancia con el esfuerzo realizado por el asesor, lo que hace que la misma sea utilizada generalmente por las grandes fortunas del país o por empresas que operan a nivel internacional, aunque nada impide que sea utilizada por otro tipo de perfiles si les llegara a resultar de interés económico en algún momento de sus vidas.

En definitiva, la planificación internacional de patrimonios consiste en la diversificación de las inversiones en diferentes países, sobre todo paraísos fiscales, aprovechando las lagunas legales de las leyes tributarias, con la única intención de minimizar al máximo el pago de impuestos en el país en el que se reside. Siempre y cuando sólo se aprovechen esos resquicios legales, la actividad se considera dentro de la legalidad y no debe plantear problemas jurídicos, pero otra cosa diferente es ya la consideración moral o ética de la sociedad con respecto a estas prácticas. En mi caso creo que es perfectamente comprensible que estas técnicas se utilicen, sobre todo dados los altos porcentajes que se devengan en impuestos por los grandes patrimonios, que de esta manera consiguen estirar un poco más sus ingresos sin tener que pagar unos impuestos tan abultados, y ¿vosotros que pensáis? ¿Estáis de acuerdo en el uso de la planificación fiscal en estos casos?