Nuevos derechos para los animales domésticos
El pasado 1 de febrero entraba en vigor para España el Convenio Europeo sobre protección de animales de compañía, ratificado por nuestro país el 23 de junio de 2017.
Son muchos los años que se lleva pidiendo desde innumerables asociaciones a favor de los derechos de los animales, que se ratificara por nuestro país este Convenio que data de noviembre de 1987. Por fin se ha conseguido concienciar de la importancia que tiene la protección de estos seres indefensos que deberían ser para todos nosotros como parte de nuestras propias familias. Por desgracia, en muchas ocasiones esto no es así, y no son más que meros objetos de los que nos apoderamos. Sin embargo, este Convenio promete cambiar las cosas.
Entre las muchas medidas que son necesarias para proteger a esas adorables criaturas, se encuentran desde las más básicas, como no infligirles dolor o sufrimiento de forma innecesaria, no abandonarlos y proporcionarles los alimentos, agua y cuidados básicos, hasta medidas tan importantes como la prohibición, por fin, de intervenciones meramente estéticas como el corte de rabo, orejas, la sección de cuerdas vocales o la extirpación de uñas y dientes. Intervenciones que nada tenían que ver con la salud del animal y sí con la vanagloria de sus dueños.
Pero todas estas medidas no significan nada si no van acompañadas de las necesarias reformas en nuestras políticas de educación actuales, para que no sólo se cumplan, sino que también se crea en ellas. Se ha avanzado mucho, es cierto, pero queda mucho camino por recorrer, y sólo se llegarán a entender verdaderamente los derechos de los animales cuando se logre educar a la sociedad en ciertos valores elementales.
Por ello, el instrumento ratificado incluye el compromiso de incentivar la información y educación de los ciudadanos en torno a la tenencia de animales de compañía, fomentando en todo caso el desarrollo de programas educativos, junto a organizaciones y personas relacionadas con la tenencia, cría, adiestramiento, comercio y custodia de estos animales. Entre los aspectos más relevantes para esa formación, se destacan puntos como el hecho de que los adiestramientos deben ser realizados por profesionales en la materia, así como concienciar sobre el hecho de que los animales no son objetos de propiedad que puedan regalarse a modo de premio, recompensa o gratificación, ni regalarse a menores de dieciséis años sin el consentimiento expreso de sus padres o tutores legales, y por supuesto, debe tratarse entre estas medidas de concienciación el hecho de que también los dueños deben de controlar la procreación indiscriminada de sus mascotas. Este último punto muy interesante, dada la tendencia actual de los dueños de mascotas que comercializan, de forma ilegal, con sus crías en redes sociales. Si bien todas estas medidas, no implican per sé una prohibición, como si lo es el practicar intervenciones meramente estéticas a los animales.
Por ello, aunque es cierto que la firma de este instrumento significa la adquisición de unos límites que actualmente representan un avance hacia un trato más justo con unos pequeños seres vivos que se hallan indefensos frente a nuestras prácticas muchas veces abusivas. No podemos olvidar que en muchos aspectos solo conlleva el compromiso a cumplir con ciertos mínimos de bienestar de las mascotas, y que debemos seguir luchando porque estos derechos se amplíen, y cosas como regalar mascotas como premios en las tómbolas de las ferias de los pueblos, deben de ser erradicadas por completo.