Los influencers también tienen que protegerse legalmente

Son jóvenes y con talento, muchos los envidian por su profesión, pero ¿es todo tan fácil como parece?

30 ENE 2018 · Lectura: min.
Los influencers también tienen que protegerse legalmente

Los influencers tienen una de las profesiones más de moda de los últimos tiempos, y cada vez son más los adolescentes que aspiran a seguir sus pasos viendo sus impresionantes vidas a través de una pantalla. Está claro que no es oro todo lo que reluce, y que sus vidas seguramente no serán tan espectaculares y también pasarán por malos momentos, como todos nosotros. Pero, por si alguien se está planteando dedicarse profesionalmente al mundo de Youtube y otras redes sociales, para llegar a ser un influencer, hoy vamos a hablar de laprotección legal necesaria para estas figuras emergentes.

No hablamos de la, evidente, protección que deben aplicar a su vida privada evitando mostrar su domicilio de forma identificable u otras formas de localización que puedan poner en riesgo su seguridad personal, sino de la protección de abusos en los contratos de publicidad con las marcas o la fiscalidad de sus actividades.

Lo primero que queremos destacar es que, como cualquier otra actividad mercantil, si la actividad que se lleva a cabo en las redes sociales genera rendimientos económicos o en especie (regalos de las marcas a cambio de publicidad), ésta se tratará de una actividad económica para la que se tendrá que gestionar el alta en la seguridad social así como proceder al pago de los correspondientes tributos, como IVA o IRPF. Incluso aunque se tengan muchos seguidores en las redes, no tendrán la obligación de hacer estas declaraciones los propietarios de cuentas de uso a nivel de simple usuario, sólo aquellos que estén obteniendo ingresos.

Si bien es cierto que lo normal es que los concursos se organicen influencers que están obteniendo ingresos de la explotación de sus cuentas, no podemos obviar que existen casos en los que el sorteo es organizado por un particular que quiere promocionar, por ejemplo, la publicación de un libro, y que las redes sociales no le generan ningún ingreso ni regalos de marcas, por lo que tampoco estarán obligados a darse de alta en el régimen de trabajadores autónomos ni a pagar ningún tributo ni impuesto. Eso sí, cualquier organizador de un sorteo debe siempre de identificarse así mismo, o al promotor del sorteo si no es la misma persona, indicar el ámbito territorial y los destinatarios que pueden participar del mismo, también los datos sobre la fecha de inicio y fin de las inscripciones, la de la celebración y publicación del resultado del mismo y la forma de comunicación con los ganadores, así como cualquier otra condición para la participación y las prohibiciones personales que puedan existir (por ejemplo, prohibición de participar a los trabajadores de la empresa y sus familiares). Por supuesto, deben de indicarse los premios que se ofrecen. No es necesaria la participación de un notario en esta clase de sorteos.

Sin embargo, uno de los puntos más débiles de la actuación de los influencers es no identificar cuando están lanzando un mensaje publicitario o están incluyendo entre sus publicaciones reseñas de productos patrocinados por empresas. Es algo tan fácil como incluir el hastag #ad en la publicación afectada por contenido publicitario, pero muchas veces los creadores de contenido no hacen esa mención para que sus seguidores no se cuestionen la veracidad de sus opiniones, lo que puede conllevar la infracción de ciertas normativas, teniendo en cuenta la internacionalización de sus contenidos. Recordemos que la legislación española prohíbe, siempre y en todo caso, la publicidad engañosa y el reflejo de características objetivamente falsas, por ejemplo, hacer creer a los seguidores que una marca de alimentación es apta para celíacos cuando sus productos indican que puede contener trazas de gluten.

Con todo, se recomienda que siempre que se haga una colaboración con una marca comercial se firme un contrato mercantil con esta en la que queden claros todos los puntos de la colaboración, como número de post y fechas de publicación de los mismos, si debe de existir algún guion, si se debe de destacar alguna característica de manera especial, etc. También, por supuesto, la responsabilidad del influencer en caso de que se cause un perjuicio a la marca o de que se incumpla algún punto del contrato.

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Escrito por

Jennifer Alarcón

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