Impulso a la mediación civil

En los últimos días del pasado año se lanzó un Anteproyecto de Ley de impulso a la mediación, hoy hablaremos sobre él y de si resulta realmente necesario.

2 ABR 2019 · Última modificación: 10 OCT 2019 · Lectura: min.
Impulso a la mediación civil

Como ya sabemos, las Cortes Generales son las que se encargan de la elaboración y la proposición de la mayoría de la legislación, por eso cada vez que hay cambio del signo político del Gobierno suelen sucederse bastantes proyectos normativos. En este caso, entre otras muchas propuestas, se encuentra este anteproyecto de ley que pretende ser un impulsor de la mediación en nuestro país. Hoy hablamos de sí realmente se está proponiendo algo novedoso y eficaz o se convertirá en una de tantas leyes que solo dan un pequeño lavado de cara a lo que ya teníamos. 

La idea de impulsar la mediación en España no es mala, tampoco las intenciones, pero ¿realmente servirá para algo? El problema que tenemos en nuestro país con este tipo de resolución de conflictos es de base y no de falta de regulación en sí misma. No existe la cultura de la mediación en nuestro país, y ante las dificultades y problemas tendemos a ir directamente a la vía más tajante, el procedimiento judicial, sin pensar que en muchas ocasiones ahorraríamos tiempo y dinero si acudiéramos a una mediación entre las partes. También es cierto que, esa falta de base puede hacer que en multitud de ocasiones sea complicado encontrar un profesional que preste sus servicios en este ámbito, y que ambas partes estén de acuerdo en someterse a su decisión. 

En la exposición de motivos del Anteproyecto se narra que, desde la promulgación en 2012 de la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, no se ha conseguido implementar en nuestro Estado el recurso a esta herramienta de la forma que se esperaba. Por ello, el Gobierno ha considerado que quizá la misma podría experimentar un significativo impulso a través de medidas legislativas de índole procesal sin olvidar que una labor de concienciación y de formación de todos los actores involucrados en este ámbito puede ser una solución eficaz a largo plazo. 

Y como decimos, la intención es muy loable, el problema lo encontramos cuando nos enfrentamos al articulado propuesto, que es donde se ve que realmente no nos hallamos ante la introducción realista de novedades que impulsen el uso de la mediación como herramienta de resolución de conflictos. Y ello porque el texto apenas está compuesto por tres artículos, tres disposiciones adicionales, una transitoria y dos finales. Siendo los tres artículos únicamente dedicados a la modificación de pequeños aspectos de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, la Ley de Enjuiciamiento Civil y la propia Ley de Mediación en asuntos civiles y mercantiles. Las tres disposiciones adicionales van referidas a la creación de una Comisión de Seguimiento del Impulso de la Mediación, la inclusión de la mediación como una asignatura obligatoria en el grado en Derecho y la elaboración de Estadísticas. La disposición transitoria habla de que esta ley será aplicable únicamente a partir de su entrada en vigor, que está fijada por la disposición final segunda en el plazo de tres años desde su publicación en el BOE. La disposición final primera establece el título competencial para la elaboración de la Ley. 

Como vemos, además de ser una norma cuya entrada en vigor se ha llevado a un tiempo demasiado largo para las supuestas intenciones que tiene, no se establecen realmente mecanismos que promocionen e impulsen la mediación, tampoco medidas reales formativas para que los ciudadanos conozcan la existencia de la misma. Los alumnos de Derecho, así como los abogados, son conocedores de estas alternativas, y las recomiendan en ocasiones al cliente que acude a su despacho, pero el problema está en el que el cliente no ha oído hablar de ella en la calle, y prefiere ir al camino clásico, a lo tradicional. 

Realmente, podemos observar que las intenciones son buenas, que se está intentando integrar el recurso a esta extraordinaria herramienta en la vida diaria del ciudadano, pero que los pasos aún siguen siendo demasiado tímidos. Se necesita más decisión, pasos más contundentes y una labor de propaganda mayor, quizá a través de campañas en los medios publicitarios, como acertadamente se hace con otras áreas a las que se pretende dar impulso. Los pasos están encaminados.    

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Escrito por

Jennifer Alarcón

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