El 'Caso Nadia': Mentiras y más mentiras abusando de la buena fe

Nos hallamos ante tiempos difíciles para la ayuda al prójimo. La picaresca está acabando con la fe de aquellos dispuestos a ayudar a los demás ante las dificultades que la vida les planteaba, y nos lleva de cabeza a una sociedad harta de ser engañada y que cada vez más individualizada. ¿De qué estamos hablando? Del conocido 'Caso Nadia', un fraude como pocos en el que al parecer se ha utilizado a la menor para conseguir una rentabilidad a causa de una enfermedad que actualmente incluso se desconfía que ni siquiera exista.

Como gotas, la información va saliendo cada día en los medios de comunicación. Entre estas informaciones se habla de una recaudación total de más de 900.000 euros, de un tren de vida elevado: viajes, artículos de lujo intervenidos en la vivienda de la familia, etc. Se habla también de que el padre de Nadia ya había sido condenado por apropiación indebida en dos ocasiones, además de un largo historial estafando a gente que nunca le llegó a denunciar por vergüenza. Incluso se ha llegado ya a poner en duda la paternidad sobre la niña, dado que cuando nació la pequeña él se encontraba en prisión, habiendo sido esto cuestionado hasta por el propio juez instructor del caso.

Llegados a este punto ya no nos sorprendería que de pronto apareciesen en la palestra datos mucho más rocambolescos de los que hasta ahora se saben, por lo que ahora mismo es difícil saber a qué delitos y penas se enfrentan los padres de Nadia. De momento, parece que se podrían enfrentar a un delito de utilización de menores para el ejercicio de la mendicidad (art. 232 del Código Penal), cuyas penas van de 6 meses a un año de prisión, más la posibilidad de la privación del ejercicio de la patria potestad sobre la menor entre cuatro y diez años; así como también un delito de administración desleal del artículo 252 del CP, debido a la dilapidación del dinero que entraba en la fundación creada para supuestamente atender las necesidades de la niña enferma, que les puede suponer penas privativas de libertad de 4 a 8 años adicionales, más pena de multa de 12 a 24 meses.

Pero, el delito mayor en este caso, podría ser un delito continuado de estafa (artículos 248 y siguientes CP). Este delito habida cuenta de la entidad de lo recaudado, que supera los 900.000 euros, podría llegar a enfrentarles a una pena de entre doce y dieciocho años de prisión, más una multa de entre 36 y 54 meses. Todo ello, obviando el desconocido hecho de que también pueden haber incurrido en otros delitos fiscales en el caso de que no se hayan atendido las obligaciones fiscales que existieran y las declaraciones por las donaciones que les habían realizado.

Dicho todo esto, las consecuencias de este caso tan mediático que hoy nos ocupa van a ser, de una u otra forma, devastadoras para una menor que va a ver su familia deshecha y su entorno completamente cambiado. Consecuencias que es más que probable que ya esté pagando en otros ámbitos, como su estabilidad mental o emocional, debido al circo mediático al que ha sido sometida por sus progenitores, pero que evidentemente se verán acuciadas ante la falta de los mismos y la total destrucción de su entorno familiar más cercano.