¿El Brexit contribuirá a incrementar la facturación de los abogados en los próximos años?

Si en nuestra anterior entrada sobre el Brexit hablábamos en líneas generales de cómo se podría desarrollar esta salida de la UE de Reino Unido y de lo difícil de prever sus consecuencias; en la de hoy vamos a hablar de una de las consecuencias que ya se está produciendo: el incremento de las consultas legales en torno a este tema. Como no siempre todas las consecuencias tienen por qué ser negativas, esta es una de las más positivas de las que se avecinan para los letrados, la apertura de una nueva línea de negocio para los despachos de abogados.

Muchos son los españoles que a día de hoy viven en Gran Bretaña, y viceversa, los ingleses afincados sobre todo en nuestras costas, así como las empresas de ambos países que hasta el día de hoy han trabajado en común. Por todo ello, es por lo que con la decisión tomada el pasado 23 de junio ciertas cuestiones han quedado en el aire, ¿qué pasará con los trabajadores españoles allí? ¿Las empresas de España que importen bienes ingleses tendrán que pagar impuestos aduaneros? ¿Los ingleses que residan en España se quedarán sin asistencia médica? ¿Tendrán que pagar algunos tipos especiales de impuestos por no ser ya ciudadanos europeos? Estas y otras preguntas son las que se van a empezar a preguntar a los abogados y los despachos deben de estar preparados para ello.

En este negocio, si lo saben aprovechar, van a tener una gran ventaja sobre todo los jóvenes letrados que acaban de salir de las canteras universitarias. Ellos aún no tienen una cartera de clientes, pero tienen cierta formación actualizada sobre el tema, lo que les permitirá una mayor rapidez a la hora de la especialización. Ello junto a un poco de vista y muchas ganas de emprender el vuelo puede posicionarles en el panorama jurídico de una forma contundente.

Aún con todo, los grandes despachos también tendrán ventaja sobre los pequeños, pues pueden permitirse crear una división especializada en el tema sin descuidar la cartera de clientes que ya tenían. Otra de las opciones a valorar por los jóvenes letrados (y por el resto) es la de tender puentes amigos con nuestros vecinos ingleses y buscar la colaboración con despachos especializados en el tema allí, de forma que se les pueda prestar una atención integral a los clientes, tanto en España como en Reino Unido, cubriendo así un mayor cupo de posibles clientes.

Como conclusión, sólo nos queda lanzar esta pregunta al aire, y tú, ¿te vas a animar a aprovechar este nuevo espacio jurídico? Mucha suerte a los valientes que se animen a ello.