Crear un grupo de Whatsapp puede salirte muy caro

Cómo ya hemos dicho, suena raro, nadie pensaría nunca que una actividad tan "inocente" y diaria como la creación de un chat de grupo pudiera ser multada, pero así es. De hecho, la Agencia Española de Protección de Datos ya ha dictado dos resoluciones al respecto, de las que hablaremos más abajo.

Estamos acostumbrados a tener múltiples chats de grupo de mensajería instantánea, un chat para hablar con la familia, otro para los amigos, otro para coordinar el viaje que vamos a hacer en grupo, el de los padres y madres del cole de nuestros hijos, e incluso un chat de la oficina en el que no sólo se habla de cosas laborales, sino que se terminan por mencionar asuntos relativos a nuestra vida privada. Y todos ellos son legales, siempre y cuando todos los participantes estén de acuerdo en participar y no se les obligue a base de reincluirles cada vez que abandonan el mismo.

Se trata de una actividad con poca andadura, por lo que aún no existe una jurisprudencia asentada sobre la misma, y hay que dejarse llevar un poco por el sentido común y alguna resolución que la Agencia de Protección de Datos va dictando. Por ello, podemos intuir, más que afirmar con rotundidad, aquellos chats que podrían no ser legales y aquellos a los que la Ley Orgánica, 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos (LOPD) no les es aplicable. Recordemos, en este sentido, que la LOPD en su artículo 2.2 establece que la misma no es aplicable a los entornos domésticosy, por tanto, no se aplica al tratamiento de datos personales que se hagan en la esfera íntima y personal de cada uno de nosotros. Esta exclusión hace que los chats meramente familiares o personales no estén sujetos a sus normasy, por tanto, no se puede denunciar a ese familiar tan pesado que ha creado un chat para organizar la Nochebuena en casa de los abuelos y no deja que nadie se escape del mismo.

Pero, ¿dónde está entonces el límite?, el chat que un compañero de la oficina creó para agilizar las comunicaciones entre los trabajadores, y que ha terminado incluyéndo asuntos personales, ¿también está excluido? Pues en principio no, pero hemos de atender a las circunstancias especiales de este. No es lo mismo que el chat incluya a todos los trabajadores de una fábrica, que pueden ser más de cien personas, a que estemos hablando de un chat con los cinco trabajadores de una oficina.

En este sentido, la Agencia Española de Protección de Datos ha llegado a puntualizar en algún momento que un chat deja de ser doméstico cuando cuenta con más de veinte participantes, pero este criterio tampoco se puede llevar a rajatabla. Imaginemos el caso de una familia en la que uno de los primos decide incluir en un chat a todos los primos y sus parejas, para tener una comunicación más fluida entre ellos y poder ponerse al día de sus vidas de forma más rápida. En el caso de que resulte que son doce primos, más las parejas, estaríamos hablando de veinticuatro participantes en el chat, entonces ¿sólo por eso ya deja de ser doméstico? Pues en este caso es más que claro que no puede perder el carácter de doméstico solo por ser una familia extensa. Al igual que en el ejemplo anterior, en el que era cinco los participantes de un chat entre compañeros de trabajo, sólo por ser un número inferior al veinte, no se puede asumir que se trate de un chat doméstico y pueda añadirse al nuevo compañero de oficina sin su consentimiento.

Como ya dijimos más arriba, dos han sido los casos tratados por la Agencia Española de Protección de Datos, ambos claramente fuera del ámbito doméstico. El primero de ellos es referido a un Ayuntamiento que, por error, creó un chat con todos los vecinos de pueblo. Uno de ellos denunció la situación por no haber dado su consentimiento en ningún momento al tratamiento de sus datos personales. La Agencia dictó resolución en la que se advirtió al Ayuntamiento de que su conducta constituía una infracción grave, pues a través de este chat, cualquier vecino había podido acceder a los datos personales (nombre y teléfono) de otros vecinos, sin que mediara un consentimiento específico para formar parte de este grupo. No existe sanción por ser una entidad pública.

El segundo de ellos es mucho más enrevesado, pues con el motivo de la celebración de una cena de Nochevieja en un restaurante, éste creó un chat con todos los asistentes a la misma, que ni siquiera se conocían entre sí. Facilitando en este chat una lista con el nombre y apellidos de la persona que realizó la reserva, el número de personas que cenarían y un plano del restaurante con la colocación en las mesas. Ante esta circunstancia, uno de los incluidos decidió salirse del grupo, por considerar que se estaba violando su privacidad, sin embargo, el administrador del grupo no sólo le volvió a incluir, sino que le advirtió a través de un mensaje privado que, en caso de volver a salirse del grupo, su reserva quedaría cancelada. Ante este comportamiento, la persona afectada decidió interponer una denuncia en la Agencia de Protección de Datos. La resolución de este caso, por suerte para el restaurante, se queda en un apercibimiento de que su conducta es ilícita y constituye una infracción grave de la LOPD, y una petición de que no vuelva a crear este tipo de chats sin consentimiento de todos los participantes, así como que aporteun escrito en el que se declare expresamente que solo tratará los datos de las personas que reservan mesa en su restaurante, incluyéndolos en grupos de whatsapp si cuenta con su consentimiento en el sentido indicado.

Queda claro que, dada la poca experiencia y bagaje legal que tenemos aún en este tipo de comunicaciones, la Agencia de Protección de Datos prefiere dar a conocer el hecho de que se trata de conductas ilegales, antes de empezar a imponer sanciones que pueden ir desde los 40.000 hasta los 300.000 euros, pero por si acaso, si tienes pensado crear un chat, mejor intenta contar con el permiso de todos los participantes en el mismo.