Hola, intentaré ser lo más breve posible. Primero decir que tengo 21 años, ahora estoy a punto de empezar mi segundo año de bachiller y, por fin, después empezaré la carrera.
Puede que parezca que no tiene nada que ver, pero es necesario que os cuente la "historia". Desde hacía años yo no era feliz, pensaba que era lo normal, ya que NADIE de mi entorno había notado que mi estado de ánimo no era demasiado depresivo para una persona de 13, 14, 15, 16, 17 y 18 años. Empecé primero de bachiller, no tenía ganas, nunca me ha gustado estudiar lo tengo que admitir, pero con a esa edad me sentía más desanimada que nunca. A principios de noviembre me puse más triste que nunca, no entendía el motivo, simplemente no tenía ni ganas de salir de la cama. Evidentemente, mis padres no fueron de gran ayuda, me machacaban más y me decían que lo que me pasaba era que no quería estudiar. "Tu lo que quieres es que seamos la vergüenza del pueblo", "Normal que te sientas así, si es que eres rara". Esas eran de las frases más motivadoras que podia escuchar por parte de mis padres. Por suerte, ese año, en septiembre conocí a un chico y él se dio cuenta antes que nadie, que estaba enferma y que necesitaba ayuda.
Empecé a ir a un psiquiatra en diciembre y en febrero a un psicólogo. Ambos me decían que no entendían como podía llevar tantos años deprimida, con una ansiedad que había explotado dentro de mi y que nunca antes halla ido a un especialista. Mis padres, no estaban de acuerdo con que yo estuviera enferma psicológicamente, eran tonterías mías. Se avergonzaban y recuerdo que no se lo querían decir ni a mis familiares. En febrero me vi obligada a dejar las clases, no podía estudiar.
Al año siguiente lo volví a intentar. Empecé con más ganas, pero ocurrió lo mismo que el año anterior: en enero fui a darme de baja. Entonces, un año después mis padres, viéndose agobiados por las preguntas de familiares y amigos de porque yo había dejado el instituto durante dos años consecutivos y, que además, "se me veía menos". Querían respuestas. Por fin, dijeron que su hija tenía depresión. Aunque ellos, creo que a día de hoy siguen sin creer lo mal que lo pase y que todo lo que me pasó fue "una llamada de atención".
Al año siguiente, me apunté a una escuela de adultos, seguía queriendo sacarme bachiller, cosa que mis padres me dijeron que cosas como "se te ha pasado el arroz" o "has perdido tus años de estudiante". He de decir que ese año me arte de todo, me fui a vivir fuera de mi casa durante ese curso, estuve trabajando ese verano y durante ese invierno trabaje fines de semana en una pizzeria para poder seguir pagandome un piso. Quería ver lo capaz que era y si era dependiente de la gente que me rodeaba o si solo me necesitaba a misma para ser feliz. En efecto: tenía razón. Me arriesgue, sin apenas dinero y con muchos agobios económicos ha sido el mejor año de mi vida. He de decir que por fin he terminado primero de bachiller y que además de eso, después de 3 años tango el psicólogo como la psiquiatra, me dieron el alta. Estaba bien mentalmente, cosa que nunca pensé que pudiera ocurrir. Pero durante ese año, aún viviendo fuera de mi casa, tenía problemas con mis padres, se enteraron de que rechace un trabajo y veían muy mal que lo hiciera por el simple hecho de estudiar algo que debería haber hecho años antes. No me apoyaron demasiado, por no decir nada. Lo raro es que después alardeen de que su hija ha aprobado el curso con buenas notas. Algo contradictorio.
Después de ese curso me tocó volver a la casa con mis padres, no tenía más dinero como para poder vivir sola. Al principio ellos me decían que si quería seguir estudiando, que me ayudarían al año siguiente con los gastos del piso. Pero ahora todo lo contrario. Dicen que si quiero seguir estudiando me lo pague yo (lo haría, pero llevo sin trabajo desde mayo) o que me vaya un cajero a vivir, pero fuera de su casa ya que soy yo la que quiere estudiar, para ellos ya es tarde que su hija estudie.
Me han dicho que me vaya de su casa, que no me quieren ahí con ellos, que les amargo la vida y muchas más palabras bonitas que que le puedes decir a alguien que por fin ha visto que hay algo por lo que vivir. Sinceramente, no creo que esas cosas se las puedas decir a un hijo o a una hija. Hacen daño.
Estos meses de verano han sido horribles, las discusiones iban a más. Últimamente ya ni me molesto en gritar con ellos, es agotador e incluso doloroso, solo dejo que me griten hasta que veo que se cansan y se van.
La última riña que he tenido con mi madre ha sido hace una hora. Sus últimas palabras han sido: "¡Te voy a echar de mi casa, que poco me falta!".
De ahí viene mi pregunta. Espero que alguien me pueda aconsejar y darme alguna solución.