Rusia bloquea los expedientes de adopciones en España

En España, uno de los países con más volumen de adopciones internacionales, surge hoy la problemática de no poder adoptar huérfanos rusos por aquellos que no cumplen con el ideal tradicional del concepto de familia.

Alrededor de 500 familias tienen bloqueados sus expedientes, pues el estado ruso ha puesto trabas para efectuar adopciones mediante la reciente Ley Federal N 167-FZ, de 5 de julio, “de modificaciones introducidas en algunas de las actas legales de la Federación de Rusia relativas a la colocación de menores huérfanos que se quedaron sin tutela de los padres”.

El estado ruso tiene la primera palabra para decidir sobre sus huérfanos

Según ésta, no podrán adoptar aquellos que formen “unión entre dos personas del mismo sexo”, según reconoce el país de origen, o que “no están casadas”, es decir, parejas homosexuales o familias monoparentales (artículo 127).

Y en todo esto, ¿como entra en juego nuestro ordenamiento? Pues bien, es claro que en España se reconocen y permiten las familias monoparentales y matrimonios homosexuales, pero la Ley 54/2007 sobre la Adopción Internacional, especifica en su artículo 19 que será la ley extranjera la que regirá en cuanto a la capacidad y consentimientos necesarios. Por lo que, el estado ruso tiene la primera palabra para decidir sobre sus huérfanos, aplicando su soberanía tanto para el adoptado como para el adoptante.

En esta línea, además, también se aprobó el decreto ruso N-725 que entró en vigor el pasado 3 de septiembre en que se detalla el seguimiento de la adopción mediante informes, repartidos en distintos períodos, hasta la mayoría de edad del huérfano. Esto significa que la ley rusa, mediante estos controles, también prolonga las ya mencionadas limitaciones más allá del hecho objetivo de la adopción.

Las reglas de la Ley de Adopción Internacional

Las reglas de la Ley de Adopción Internacional (artículo 11) determinan las obligaciones postadoptivas de los padres, los cuales deben cumplir con “la información, documentación y entrevistas” que precise la autoridad española competente en materia de protección del menor, “o por la autoridad competente del país de origen”. Otra cuestión, sin embargo, se trataría de averiguar cuánto tiempo sería el adecuado para considerar estas obligaciones postadoptivas, unos meses, unos pocos años o inclusive hasta el cumplimiento de la mayoría, como especifica la  actual legislación rusa.

¿Qué lleva a Rusia a establecer un control tan prolongado, al margen de la opinión contraria de la mayoría de la población rusa sobre las adopciones por personas homosexuales?

Incluso puede llegar a darse una violación por discriminación de derechos humanos. Sin embargo, no nos encontramos en posición de valorarlo, pues, volviendo a las reglas de derecho internacional, se aplican las reglas del ordenamiento jurídico ruso, el cual simplemente no reconoce a este tipo de familias.

Así pues, si no podemos acudir a las normas sobre protección ante discriminaciones de este tipo o convenios internacionales para facilitar las adopciones (como el Convenio de La Haya de 1993 relativo a la Protección del Niño y a la Cooperación en materia de Adopción internacional), la solución pasa por manos diplomáticas, pues se ha de tener en cuenta que Rusia es uno de los países preferentes para los adoptantes españoles.

En este sentido, está pendiente de firmar un convenio internacional bilateral entre Rusia y España. Las voces de los organismos e instituciones de ayuda a los padres apuntan a que la presión de Rusia, mediante este bloqueo, lleva a pensar que la finalidad última es conseguir la firma definitiva del convenio bilateral ya pendiente, teniendo en cuenta que la última comunicación del Tribunal Supremo ruso solamente da una solución clara al conflicto si existe convenio internacional firmado que facilitaría los procesos de adopción.

Foto: La Asesoria De Los Mayores, Barcelona