El modelo de las clínicas jurídicas americanas despega en España

Como antigua estudiante de Derecho he sentido una pequeña punzada de envidia al oír hablar sobre el germen de las clínicas jurídicas en España.

22 MAR 2017 · Lectura: min.
El modelo de las clínicas jurídicas americanas despega en España

Recuerdo aún muy bien aquellos días en los que en la licenciatura de Derecho te obligaban a cursar una asignatura que se llamaba Practicum y que, aunque su nombre sonara a acción, no era otra cosa que una asignatura llena de aburridos trabajos. Podían pintarlo de rosa si querían, pero aquello realmente de practicum no tenía mucho, pues aunque es cierto que solían ser casos reales sacados de sentencias o de los propios despachos de abogados de los tutores, cuando te enfrentas a un cliente real es mucho más complicado todo.

Ahora, avanzados ya en el modelo educativo de Grado y Máster posterior obligatorio para ejercer como abogado, parece que las escuelas de Derecho y las Universidades se están poniendo de verdad las pilas. Las mismas ya empiezan a comprender que deben formar a sus alumnos en la realidad de los despachos, antes de que salgan y se den de bruces con una existencia completamente diferente a la que conocían tras los muros académicos. Hoy vamos a hablar precisamente de ello, de las nuevas clínicas jurídicas a la americana.

Con casi un siglo de vida en Estados Unidos, las clínicas jurídicas son un modelo de formación que busca la conexión entre la enseñanza teórica del Derecho y la realidad jurídica. Se trata de una forma en la que los estudiantes, y futuros profesionales, se enfrentan a la misión de asesorar jurídicamente a clientes reales con problemas reales. Normalmente este tipo de asesoría jurídica se ofrece como un servicio probono, para aquellos colectivos más desfavorecidos que de otra forma no podrían acceder a él. Evidentemente los estudiantes no se enfrentan solos a esta tarea, sino que están agrupados junto a otros compañeros y un tutor que les guía para que el asesoramiento que se preste sea de calidad, contando entre los tutores con profesionales de algunos de los mejores despachos de abogados de España, además de otros juristas y profesores expertos en las materias.

Eso sí, no podemos obviar el hecho de que estos estudiantes, a pesar de ser tutelados, no están aún cualificados para el ejercicio de la profesión, por lo que actualmente este servicio en España es simplemente de asesoramiento y nunca de representación jurídica. Se explica al cliente cuál es la mejor solución a su problema y como debe afrontarlo, y ya es él quién debe decidir si acudir al profesional pertinente para ello. Sin embargo, en Estados Unidos estas clínicas sí han evolucionado a despachos lowcost que ofrecen a sus clientes no sólo el asesoramiento jurídico, sino ciertos servicios a un precio más reducido que el de un despacho de abogados al uso. Estos despachos vendrían a ser algo así como las academias de peluquería o estética en nuestro país, que suelen ofrecer sus servicios a precios más reducidos o incluso gratis a los clientes que se prestan a que los alumnos practiquen con ellos los conocimientos teóricos que han ido adquiriendo.

En España el modelo apenas está despegando sus alas, y además la legislación actual no permite el ejercicio de la profesión sin estar en posesión del título de graduado en Derecho y del Máster correspondiente de práctica profesional, pero es un buen comienzo que al menos los alumnos ya empiecen a tener contacto con el mundo jurídico real que siempre es mucho más complicado que la práctica intramuros de las Universidades.

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Escrito por

Jennifer Alarcón

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